¿Alguna vez se ha preguntado cómo se gobiernan los sistemas de educación superior en todo el mundo? UNESCO-IESALC publica su segunda Nota Política, revelando hallazgos sobre el nivel de centralización de las políticas de educación superior en casi 150 países, basados en datos del Observatorio de Políticas de Educación Superior.
La educación superior (ES) se regula de manera diferente en cada país. Aunque los principios fundamentales de autonomía institucional y libertad académica a menudo otorgan un poder significativo de toma de decisiones a las instituciones de educación superior (IES) en muchos países, los niveles en los que los gobiernos toman decisiones sobre los sistemas de educación superior varían.
Determinar el nivel óptimo para la regulación de los sistemas de educación superior no es sencillo. Por un lado, la toma de decisiones centralizada a nivel nacional permite asegurar un cierto grado de coordinación y estándares de calidad o igualdad en todo el sistema. Por otro lado, la toma de decisiones descentralizada a nivel subnacional es clave para responder de mejor manera a las necesidades locales y garantizar un equilibrio adecuado en las políticas.
El Observatorio de Políticas de Educación Superior muestra que casi el 90% de los sistemas de ES están regulados a nivel central, es decir, por gobiernos nacionales, mientras que menos del 10% de los países comparten la toma de decisiones sobre ES entre el nivel nacional y subnacional. Es notable que solo 3 países delegan completamente la regulación de la ES a nivel subnacional, por ejemplo, a regiones y/o provincias. Además, existe una clara relación entre el nivel de gobernanza de la ES y el nivel de ingresos: los países más ricos son más propensos a compartir o delegar la toma de decisiones sobre la ES a entidades subnacionales.
Esta última observación es solo el punto de partida para una reflexión y análisis más profundos. Además del nivel de ingresos, varios factores pueden desempeñar un papel fundamental en la configuración de las estructuras de gobernanza. Por ejemplo, los países con una gran población o tasas de matrícula terciaria pueden estar más inclinados a descentralizar la toma de decisiones. Otros aspectos clave, como la historia sociopolítica o el grado de autonomía de las IES, también son decisivos para la regulación de la educación superior. Explorar estos factores es crucial para comprender de manera matizada las complejidades involucradas. También es evidente que los gobiernos podrían beneficiarse al explorar formas de colaborar con jurisdicciones regionales y locales para satisfacer y equilibrar adecuadamente las necesidades regionales, locales y nacionales, y mejorar así el diseño de la estructura de políticas.
Esto es un recordatorio útil de que el camino hacia una colaboración efectiva en todos los niveles no solo es una necesidad, sino una responsabilidad compartida para impulsar cambios impactantes y avanzar hacia una educación superior para todos.
Consulte aquí la Nota Política de UNESCO IESALC sobre la regulación de los sistemas de educación superior.